domingo, 21 de junio de 2009

FELÍZ DÍA DEL PADRE!!!!!!!!!

Era otoño, ese día había bastante viento, no me acuerdo bien si tenía 8 ó 9 años, y él llegó con un montón de cañas en la mano que le había pedido a un vecino de la otra cuadra; me dijo :- Vení Javi.
Fuimos a la mesa de la galería, sacó todo lo que estaba arriba, y desparramó las cañas en la mesa; fué al lavadero donde teníamos una biblioteca desvencijada y manoteó un montón de diarios que también llevó a la mesa.
Yo miraba como cortaba las cañas al medio desde una punta a la otra, les hacía un agujero en los extremos, les pasaba un hilo "choricero", porque el otro no servía, decía él, y las ataba con cuidado para que queden formando un rombo. De vez en cuando pitaba el Benson Hedgge´s que tenía en el cenicero. Después forro la parte de adelante con diarios y los pegó con plasticola. -Ahora vamos a esperar que seque -, me dijo. Ató un montón de tiras de trapos viejos formando una sola tira larga con varios nudos, y cuando el consideró que el pegamento esta seco, unió la tira de trapos a la parte de abajo del rombo de cañas y papel de diario.
Salimos en el renault 12 blanco hasta un campito que estaba cerca de casa, hoy en ese lugar hay un motón de casas de un plan de viviendas. Bajamos del auto, miró para arriba, y sacó el rombo con los trapos atados y el rollo de hilo.
-Tené acá-, me dijo; yo tenía agarrado con las dos manos el rombo y él caminaba hacia un lado del campito desenrollando el rollo de hilo; el viento que soplaba me quería sacar el rombo de las manos, él se paro a una distancia que me pareció muy lejana y me gritó:- Levantalo!!!- , levanté el rombo y la tira de trapos se sacudía para todos lados, él estiró el hilo, le dio un tirón; el rombo se me escapó de las manos y se empezó a elevar en el aire; - vení, dale!!!- me decía desde lejos, yo corrí hasta donde estaba él mientras me daba vuelta y miraba para arriba; el rombo se sacudía para todos lados queriendo salir volando; me miró con esa sonrisa que solo a él le salía y me dió el hilo; - Tenelo fuerte, si querés se suba más soltale de a poco el hilo- me dijo.
El barrilete que me había hecho, volaba como esquivando las ráfagas de viento, a veces cabeceaba para abajo pero se volvía a enderezar y se movía de un lado a otro; mi papá estaba parado atrás mio con una mano sobre mi hombro, dijo: - Te gusta?, viste como vuela, faaahhhh....- solo pude contestar que sí, estaba embelesado con la joya aeroespacial que mi viejo había construido.
No me acuerdo si estuvimos horas, minutos o todo el día; pero si recuerdo bien su cara de alegría al verme feliz a mi.
Ese fue uno de los tantos momentos que pasé junto al "Choclito", debe ser, creo, el que más felicidad me dió.
Lástima que cuando lo empezaba a entender, se tuvo que ir, igualmente más de una vez lo siento dando vueltas por ahí, soplando el humo de un Benson o dándole un sorvito a una tacita de café.
Felíz Día Viejo. Por acá se te extraña bastante, pero se te recuerda mucho más.

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